LA RUTA DE LA RIBERA DEL DUERO

LA RUTA DE LA RIBERA DEL DUERO

Localidad: Varias localidades El monasterio de La Vid adentra al turista en las tierras burgalesas de la Ribera del Duero. La espadaña de más de 30 metros de altura es la primera imagen que ofrece el monasterio, un descomunal edificio fundado en el siglo XII reformado en el siglo XVI. A orillas del río Duero, su vinculación al vino se observa en las viñas y en los lagares que quedan en los alrededores. Desde aquí conviene, antes de entrar en Aranda de Duero, visitar la villa de Peñaranda de Duero. Punto estratégico del turismo a lo largo de la líneas del Duero que da la bienvenida con su altivo castillo, el Palacio de los Zúñiga y Avellaneda y la Colegiata. El trazado medieval de la villa se observa en las calles empedradas y estrechas custodiadas por casas nobles. Uno no se puede marchar de Peñaranda sin acercarse a la botica de Los Ximeno y descubrir su Plaza Mayor, presidida por el rollo gótico justo en el centro. Gumiel de Izán y Gumiel de Mercado, al sur de la provincia, son dos puntos de parada. En el primero sorprende la iglesia parroquial de porte catedralicio y estilo gótico y auténtico museo en su interior. Lo corroboran el retablo mayor y los de las capillas laterales. Gumiel de Mercado es una pequeña villa que ha mantenido la arquitectura popular y la magna iglesia de Santa María. Aranda de Duero, cuyo emblema gastronómico es el asado, se asienta sobre uno de los mayores conjuntos de bodegas subterráneas del mundo, excavado en el centro neurálgico de la ciudad. Hoy existe un recorrido guiado que permite visitar buena parte. En Aranda destacan la iglesia de San Juan Bautista, con una bella portada de nueve arquivoltas, el Palacio de los Verdugo o el puente medieval de las Tenerías que ofrece una bella panorámica sobre el Duero. La sede del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero se encuentra en Roa. Ciudad en la que los avatares de la historia provocaron que se perdiera buena parte de sus palacios e iglesias, muestra de la riqueza de una época. Merece una visita la ex colegiata de Santa María y la antigua iglesia de San Sebastián. Muy cerca, los mosaicos romanos de Baños de Valdearados demuestran que la unión entre viña y vino se remonta a hace 2000 años en estas comarca. En la localidad de Peñafiel, en la provincia de Valladolid, el río se torna ribereño y caudaloso, ensancha sus fronteras agrícolas. La villa muestra la identificación al vino en su arquitectura popular y en el descomunal castillo que hoy alberga el Museo Provincial del Vino. Sin dejar a un lado la Plaza del Coso y sus monumentales iglesias y conventos como San Pablo, Santa María, Santa Clara o San Miguel. El Cotarro de San Pedro, un hermoso cerro poblado de bodegas, indica que se llega a Pesquera de Duero, villa identificada de antiguo con el vino. La iglesia de San Juan Bautista y la de Nuestra Señora de Rubialejos, completan la oferta turística de Pesquera, en cuyas inmediaciones está el yacimiento arqueológico de Pintia. Valbuena de Duero, donde está la prestigiosa bodega Vega Sicilia entre otras, y el monasterio de Santa María de Valbuena, protagonizan la última etapa de la ruta por tierras vallisoletanas. Bañando sus vegas el Duero, el monasterio deslumbra por su belleza. De estilo cisterciense y declarado Bien de Interés Cultural en 1931 es la sede permanente de la fundación de Las Edades del Hombre. Dentro de esta ruta se enmarca el espacio natural de las Hoces del Río Riaza, entre los términos municipales de Montejo de la Vega de la Serrezuela, Maderuelo y Valdevacas de Montejo.

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